La infidelidad es una conducta que presenta una persona, sea hombre o mujer, caracterizada por el cambio de expectativa que dirige su atención a otro (a), implicando la ruptura de un acuerdo. Sin embargo, podemos realizar algunas observaciones y apuntes sobre la misma.
Mitos sobre la infidelidad:
Todo el mundo es infiel, la infidelidad es normal.
Tener una aventura es bueno, hasta puede hacer revivir un matrimonio aburrido.
Cuando ocurre, es porque el infiel ha dejado de querer a su pareja.
El / la amante es más atractivo (a) que la esposa (o).
La infidelidad es culpa de la pareja a la que se es infiel (ha fallado de alguna manera).
Lo mejor que se puede hacer cuando se descubre la infidelidad de la pareja, es actuar de forma indiferente (en nuestro medio esta actitud tiene varios nombres “hazte la loca”, “no sabes nada”, “ya se aburrirá”, etc.).
Una vez que comienza la infidelidad, se debe recurrir al divorcio.
La revelación de una infidelidad trae como consecuencia el que la persona engañada se “muera”, “me mate” o “me deje”.
Ahora bien, lo cierto sobre la infidelidad es que:
No es una conducta normal, sino un síntoma de varios problemas acumulados.
La infidelidad es peligrosa y puede terminar con un matrimonio.
Esta puede ocurrir en matrimonios buenos.
Las aventuras implican sexo, pero el sexo no tiene por qué ser el propósito de la aventura.
Nadie puede forzar a otro a tener una aventura.
A las aventuras las alimenta el secretismo y las amenaza la revelación.
Los matrimonios pueden superar con esfuerzo el daño de una aventura, si la aventura es revelada.
Es bueno que veamos qué pasa después de que se descubre la infidelidad: Hay matrimonios que se separan y otros que, al no hacerlo, continúan una relación tormentosa, o también existen aquellos que utilizan la crisis para fortalecerse, crear mayor intimidad y volver a tener confianza otra vez, claro que esto toma su tiempo, sobre todo en la comunicación de la pareja.
Después de la infidelidad, aparece en los protagonistas la culpa, aspecto que muestra una serie de emociones que se van encontrando, pero que es importante sentirla; también aparecen los celos que son normales, porque son la llamada de atención para poder observar la distancia con la pareja, cuanto esta se aleja o se acerca, además que es un termómetro para mostrar el afianzamiento de la relación; siempre lo adecuado es el acercamiento íntimo y emocional, lo inadecuado son los celos patológicos que llevan a tomar conductas inadecuadas e irracionales, que obviamente no ayudan a la superación del problema.
Los problemas que pueden surgir en la pareja después de la infidelidad, que no contribuyen a superar la crisis y que desgastan emocionalmente, se encuentran alrededor de:
Ver al hombre como hombre, o al infiel como algo malo, amenazante y no como pareja o persona.
Existe el mito de la química, es decir que se considera que están hechos el uno para el otro y que nadie los podrá separar.
Otro mito es el de estar enamorado, este viene porque se piensa que se ha perdido la chispa del amor y ya no quiere a su pareja, por eso se buscó a otra.
Mitos a nivel sexual “hay mas disfrute con la otra” y que el sexo con la esposa es para procrear.
Ahora bien, dentro de la infidelidad se han identificado cuatro tipos de infidelidad:
Las infidelidades accidentales: las cuales ocurren por primera vez y como su nombre lo dice, de forma accidental, lo que genera en el “infiel”, culpa y ansiedad, esto les ocurre a personas que nunca tuvieron éxito con el sexo opuesto, y ¿quiénes son los pecadores?, amigos, compañeros de oficina, o alguien que en un momento se cree salvador de algo que le contó el “infiel”, y resulta siendo utilizado. Lo mejor en este caso, es callar para siempre o confesar, siendo la pareja la que no culpabilice y ponga bastante energía en reestructurar su relación.
Las infidelidades puras, las cuales destacan a los hombres mujeriegos ( el típico James Bond) y las mujeres extremadamente seductoras (con rasgos histéricos) las “locas”, las cuales defienden el hecho de que sus conquistas y seducciones les dan mucho éxito, estas personas son muy promiscuas, ya que continuamente cambian de pareja, el cambiar continuamente de pareja es un premio, son adictas al sexo. Las mujeres suelen tener un padre promiscuo y deciden vengarse de él a partir de sus conductas. En tanto que los hombres buscan las “barbies”, no les interesa la relación sexual con sus esposas y a las otras las menosprecian y las hacen sentir incompetentes e inservibles, estas se convierten en solo proveedoras del hogar, del cuidado de los hijos y se olvidan de sí mismas.
Frente a esta situación, lo mejor es ¡ESCAPAR!!!!.
La infidelidad de los románticos: Es el enamoramiento irracional; la persona se enamora, hay bloqueo a niveles de racionalidad y el mundo no existe, esta situación hace que Él o Ella (infiel) se olvide de su pareja, esto se da en la transición de los ciclos vitales o cuando la esposa va a tener un hijo, generalmente esto concluye en huída o retorno al hogar.
Infidelidad con arreglo matrimonial: Aquí la infidelidad no es secreta, se sabe y se conoce al o la amante. Sin embargo, la actitud del matrimonio es mostrada como perfecta al entorno, pero son parejas frías y distantes, son aquellas que viven para la sociedad y están “por los hijos” suponen, que revelarse les producirá un gran “escándalo”.
Hasta aquí se pudo reflejar aspectos muy importantes que dan lugar a tener un parámetro de lo que es la infidelidad.
En todo caso, es importante pensar que el nutrir el Matrimonio desde un comienzo es una tarea muy esmerada que sobre todo necesita de madurez, objetivos claros, renuncias, adaptación, etc., y mucha inversión afectiva.
Una de las peores traiciones hacia nuestra pareja o por parte de ella es la infidelidad. Generalmente pensamos que la persona infiel es la única culpable, sin embargo la infidelidad es el resultado de la crisis de una pareja, pues quien es infiel lo hace porque busca en otra persona cuestiones sexuales, emocionales o intelectuales que su pareja no le da.
La infidelidad no sucede espontáneamente, siempre hay motivos que la provocan. La lista de razones es interminable, pero los sexólogos especialistas en terapia de pareja coinciden en que en todas se intenta satisfacer las carencias en la pareja:
Las 9 razones más comunes
1. Nos sentimos devaluados. Terminado el enamoramiento, enfrentamos a la pareja real y olvidamos a la idealizada, y sus conductas no siempre placenteras en la convivencia defraudan nuestras expectativas. Si la pareja nos abandona al centrarse sólo en sus objetivos personales y no en los de ambos, y al mismo tiempo nos relacionamos con una persona distinta que nos hace sentir más valorados, la elegimos inconscientemente como nueva compañera. Principalmente para las mujeres, es muy importante sentirnos bellas y deseadas por nuestro hombre. Si no se cumple nuestro objetivo, sentimos una gran frustración y se devalúa nuestra autoestima. Una forma de sentirnos de nuevo atractivas y deseadas, es siendo cortejadas en una relación extramarital.
2. La monotonía. Cuando nuestra pareja descuida el tiempo en común por sus actividades personales y deja de tener detalles cariñosos con nosotros, sentimos que el amor se acabó, se produce un distanciamiento y nos empezamos a sentir encadenados a pasar el resto de nuestros días en una relación que ha perdido su encanto. Un matrimonio sumido en la rutina y en el aburrimiento se puede venir abajo a causa de un encuentro con un intruso que llegue y nos aborde con el misterio, encanto y riesgo de los que carece nuestra relación.
3. Una vida sexual deficiente. El sexo es un elemento esencial en la pareja y si éste es defectuoso, quien se siente insatisfecho tiende a buscar fuera de la relación la satisfacción sexual que no encuentra en su pareja. Si a pesar de sentir un gran amor por la pareja, en la cama no encontramos nada excitante, nos vengamos teniendo relaciones sexuales con otra persona, porque estamos enojados con nuestra pareja que no quiere hacer el amor o no quiere llevar a cabo nuestras fantasías sexuales.
4. Dependencia emocional de los padres. Si nuestra pareja no es emocionalmente independiente de sus padres y no establece límites respecto a ellos, esta conducta infantil nos hace sentir sin su apoyo, y nuestra necesidad insatisfecha de ser escuchados y atendidos nos impulsa a buscar una relación extramarital.
5. Buscamos nuevas sensaciones. Si se acaba la seducción del enamoramiento y se vive en el hastío de una relación, hay quienes necesitan seguir satisfaciendo su necesidad de seguir enamorados. La curiosidad de experimentar el sexo con otras personas y de vivir la aventura es un fuerte motor para buscar un affair.
6. Idealizamos a la pareja. Para continuar idealizando a nuestra pareja, muchas veces elegimos como amante a una persona totalmente opuesta. Hay quienes llevan a cabo todas sus fantasías sexuales con el amante y no con la pareja para sentir que la siguen manteniendo en el concepto de "decente".
7. La pareja lo permite. Se dan casos en que la pareja está de acuerdo en que tengamos relaciones extramaritales, porque es consciente de que necesitamos satisfacer las deficiencias que existen en nuestra propia relación.
8. Sentimos amenazada nuestra libertad. Cuando la pareja es asfixiante o nos da pavor perder nuestra independencia y quedar atrapados en una relación, intentamos sentirnos libres cometiendo actos de infidelidad.
9. Alarde de poder. Por haber obtenido poder, dinero y una posición social, hay quienes sienten que se han ganado el derecho a tener un mayor potencial sexual con el sexo opuesto.
La infidelidad es un síntoma de la serie de crisis por las que atravesamos como pareja. Si buscamos en el fondo, descubriremos que somos infieles cuando no encontramos en nuestra pareja lo que buscamos y nuestra relación no satisface completamente nuestras necesidades. Sin embargo, superar la crisis dependerá de la forma en que podamos comunicarnos como pareja.