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26 oct 2013

Dia de Muertos en Mèxico

El Día de Muertos es considerado la tradición más representativa de la cultura mexicana. La celebración se lleva a cabo en dos días: el 1 de noviembre es dedicado al alma de los niños y el 2 de noviembre a la de los adultos.
El origen del Día de Muertos tiene antecedentes relacionados con el mestizaje. Comprende rasgos culturales indígenas y españoles que al mezclarse dieron lugar a todos los ritos y ceremonias que se realizan alrededor de la festividad.
Aunque la celebración anglosajona de Halloween se ha popularizado entre la población, en la mayoría de los hogares mexicanos la tradición perdura y se colocan ofrendas con elementos muy particulares.



TRADICIONES Y COSTUMBRES

OFRENDA: Altar significativo donde se ponen fotos de familiares ya fallecidos y se les rinde tributo poniendo dulces concorde a la fecha y platillos favoritos de los ya difuntos.

ILUMINADO DE REGRESO A LA CASA:Una parte importante de ésta tradición implica visitar los cementerios. Ya sea durante el día o la noche, las familias acuden y colocan velas sobre las tumbas como una forma de iluminar el camino de las almas en su regreso a casa. Muchos pernoctan en los panteones que abren las 24 horas durante esas fechas. Otros más contratan grupos musicales que interpretan las canciones preferidas de los difuntos al pie de su sepulcro.

BURLA A LA MUERTE:En México se percibe a la muerte de una manera muy peculiar. Los mexicanos utilizan la sátira para burlarse de ella. Ejemplo de ello es la popular “Catrina”: una calavera vestida con diferentes atuendos como muestra de la presencia de la muerte en todo lo cotidiano.

CALAVERITAS LITERARIAS:se trata de versos rimados que ironizan situaciones de personajes populares e impopulares usando el tema de la muerte con una intención humorística. Cada año se promueve ésta actividad cultural mediante concursos en los que se premia la creatividad y la picardía de las composiciones.

PAN DE MUERTO:Algo infaltable en cada cena y ofrenda es el delicioso pan de muerto. Los hay de diferentes estilos y formas. El más popular es redondo, cubierto de azúcar blanca o roja, con tiras que simulan huesitos. También están aquellos con formas de esqueletos o animales. Los ingredientes pueden varían dependiendo de la región, como es el caso de los panes cubiertos con ajonjolí, típicos de Xochimilco.

DATOS CURIOSOS!!!

  • Se presume que la practica de pigmentar con color rojo el azúcar que cubre el pan de muerto fue idea de los españoles como una respuesta simbólica al rechazo de los sacrificios humanos que realizaban las culturas prehispánicas en honor a sus dioses.
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  • El color de la muerte en el México prehispánico es el amarillo. Por ello la flor de cempasúchil es utilizada tradicionalmente en la ofrenda del Día de Muertos.
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  • En algunas regiones de Michoacán los niños son los encargados de velar en los panteones el día primero de noviembre.
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  • La adaptación cultural que se hizo del popular "Trick-or-treat" utilizado por los niños estadounidenses en Halloween, en México cambió por "¿me da mi calaverita?".
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  • Algunos de los sitios más atractivos para visitar durante el Día de Muertos por el colorido y la emotividad con que llevan a cabo ésta tradición son Janitzio, Mixquic y Xochimilco.



17 oct 2013

¿Cuanto vales Como Persona?

Ansiedad, abatimiento, miedo, decepción; no hay quien escape a sentimientos contradictorios cuando el asunto es el dinero. Pocos tienen, por ejemplo, el coraje de confesar su apego a él, y eso, a pesar de que las cuestiones financieras permean la mayor parte de las decisiones que tomamos a lo largo de nuestra vida. Casi sin ser conscientes de su implacable poder, es un poderoso crítico interno que censura anhelos y aspiraciones, susurrando a nuestros oídos: ¡No puedes permitírtelo! ¡Cuesta demasiado! o ¡Cuando tenga dinero haré...! A ese pudor se suma la creencia de que el dinero, por si sólo, es capaz de destruir o transformar nuestra existencia, de modificar nuestras relaciones humanas y de hacernos dichosos. Se tiende a creer que es el dinero quién tiene el poder de hacernos felices.


Abatimiento y felicidad son estados de ánimo independientes de la situación de nuestra cuenta corriente. Es asombroso comprobar como en Oriente, donde abundan los pobres la gran mayoría de ellos permanecen felices, mientras que en Occidente, y a pesar del estado del bienestar que garantiza nuestras necesidades más mínimas, abundan los tristes y deprimidos. Parece una contradicción, pero no lo es. Nuestra autonomía como seres humanos es independiente de nuestra liquidez económica. Podemos tener poco y sentirnos realizados o mucho y percibirnos como desgraciados. El dinero no es felicidad, es sólo dinero.
Vivimos una relación ambigua con el dinero; precisamos de él, nos gusta obtenerlo, pero cuando lo poseemos tenemos miedo a perderlo, mientras que otros se avergüenzan de poseerlo. El dinero es misterioso e imprevisible. Cuanto más luchamos para ganarlo, más difícil parece obtenerlo; cuanto más dinero ganamos, más necesitamos para vivir. Pasamos la vida tratando de ganar dinero, pero mientras a muchos se les escapa, otros que consiguen obtenerlo descubren, que con el paso del tiempo acaban perdiéndolo, teniendo que vender todo o parte de lo que en épocas mejores adquirieron.
En la escuela aprendimos muchas cosas útiles, pero otras muchas importantes fueron omitidas. No nos enseñaron a vivir una relación amorosa y hacerla funcionar. Tampoco nos mostraron cuales eran las leyes espirituales universales que rigen la riqueza. Si deseamos obtener dinero y tener una vida abundante precisamos comprender que es lo que el dinero significa en nuestra vida, en una perspectiva racional y ética, poniendo los medios necesarios para luchar por él y prosperar sin culpa.
Tendemos hacer una identificación entre lo que somos y lo que obtenemos. Se tiende a pensar que seremos felices cuando adquiramos una nueva casa, cuando conduzcamos un coche nuevo, encontremos una pareja mejor o simplemente adelgacemos.... Todos estos bienes son valiosos y sacian nuestras aspiraciones. Es noble emprender acciones para obtenerlos, pero es muy peligroso pensar que son una extensión de nuestra personalidad. Si nos identificamos excesivamente con nuestro trabajo nos deprimiremos cuando este termine.